miércoles, 17 de octubre de 2012

Capítulo 18. Segunda Parte.


Enrique coloca mis propios brazos alrededor de su cuello. Me sujeta fuerte por la cintura y me levanta de la cama. Aún en el aire, nuestros ojos se penetran, desafiantes, tratando de meternos en los pensamientos del otro. Sin apoyarme en el suelo, Enrique me sostiene más firmemente, y más cerca. A penas cabe aire entre nuestros rostros. Comienza a moverse. Mis brazos tras su cuello se relajan, vencidos. Sonreímos y él gira sobre sí mismo bailando al ritmo de la trompeta de Louis Armstrong.

-          ¿Ves? ¡Estás bailando!- Exclama sonriente. Le respondo con otra sonrisa.
-          Ahora siempre que escuche esta canción me acordaré de ti. Será nuestra canción.
-          No te confíes. Cuando vuelvas a oírla, habrás bailado tantas veces conmigo que todas las canciones que oigas serán nuestras.

Y para cuando me doy cuenta, le he besado. Sí, lo he hecho. Instintivamente, como si algo o alguien hubiese apoyado su mano sobre mi nuca y me hubiese hecho recorrer los milímetros que faltaban para que sus labios y los míos se encontraran. Unos labios tan suaves y cálidos como nunca antes los había besado. Ambos con los ojos cerrados capturamos en nuestro interior cada milésima de segundo en el que nuestros besos se funden con los del otro luchando contra la fugacidad del tiempo. Y es que a veces, un beso es la mejor respuesta. Los besos se detienen. Nos miramos. No logro pronunciar una palabra. Sólo apoyo mi cabeza sobre su hombro y cierro de nuevo los ojos. Y en este momento, oficialmente, siento que ha ocurrido. Enrique me ha ganado. Ha encontrado esa llave que enterré en el escondite más secreto y ha abierto mi corazón, encerrándose dentro. A saber cuándo se irá de ahí. Quizá haya venido para quedarse. Ahora él está en mis pensamientos, en mis sentimientos y en todo lo que me rodea. Ha llegado en el momento en el que menos lo esperaba. Dichoso amor, qué caprichoso eres. Porque,  ¿esto es amor, no? ¿Pero puedo sentir amor de esta forma tan rápida? ¿Quién lo sabe? Yo jamás lo he sentido antes. Y por el momento, nunca antes había sentido esto por nadie. Entonces, ¿es esto el amor? Vuelvo a mirarle. Sonrío. Sonríe. No hay duda, es amor.

Según la RAE, "amor" es un sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser. Un sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear. En definitiva, es un sentimiento de afecto, inclinación y entrega a alguien o algo. Seamos sinceros, es una mierda de definición.
Qué extraño que un diccionario no sepa explicar el significado de una palabra, ¿no? quizá quien la defino no lo conoce, pues solo algunos tienen el privilegio. Yo tengo esa suerte, y yo te diré qué es el amor. Amor es eso que a veces te relaja tanto que inspiras todo el oxígeno del mundo en un sólo suspiro, pero también es aquello que a veces te impide respirar, que es tan intenso que hasta duele. Es aquello que te hace pasar de cero a cien en milésimas de segundos. Es aquello por lo que daría la vida si fuese necesario. Es lo que te hace feliz, lo que te llena de vida. Amor es la esencia de la vida. El amor hace que yo haya dejado de ser yo y él ya no sea él para haber dado lugar a todos los pensamientos basados en un “NOSOTROS”. Amor es algo tan complejo que ni yo misma puedo explicarlo, pero sé que es algo que se siente tan adentro, y que produce una felicidad tan plena, que no quiero que desaparezca jamás. Amor es cuando el mejor momento del día es cuando puedo verle, es apostar por una vida juntos. Amor podríamos ser nosotros. Y amor es por encima de todas las cosas, tener el convencimiento de que es un sentimiento tan puro y tan intenso, y que cala tan hondo en ti, que igual que te da la vida puede arrebatártela; que de la misma forma que te lleva al cielo flotando entre nubes de ilusiones, te puede hacer empañar la almohada con la máscara de pestañas que cae mezclada entre tus lágrimas. Amor es querer amar a pesar de esos peligros. Amor es saber que por la situación y mis circunstancias, sufrirá, y sufriré. Sufriremos. Pero el amor es tan mágico, que me hace apostar incluso por el dolor.


Y rompiendo el momento de romanticismo, las manos de Enrique se van espontáneamente de viaje a mi culo.
-          ¿Qué haces?- Le pregunto sorprendida, sin llegar a expresar claramente enfado o diversión.
-          ¡Tranquila! Es que así te sujeto mejor. Te pesa el culo ¿sabes?- Enrique ríe a carcajadas.
-          ¡Idiota! ¡Suéltame!.- Le digo bromeando.
-          Anda, si era por romper el hielo.- Dice mientras me apoya suavemente en el suelo.- Es que la situación se estaba poniendo demasiado romántica y no…- Continúa riendo.


De repente, como si un chasquido me hiciese volver a la Tierra, reorganizo mi mente en cuestión de segundos. “Calma, respira”, pienso. “Tienes unos objetivos claros y un camino concreto a seguir para alcanzarlos. No te desvíes, Alba”. 

1 comentario:

  1. De tu fan numero 1,animo y sigue asI.Me encanta!! quiero mas...

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